Hola, aquí Arezna. Debido a las clases, como avisé, apenas estoy teniendo tiempo para escribir, así que para los más impacientes, aquí les dejo un fragmento de lo que llevo del siguiente capítulo, espero que lo disfruten y tendré el siguiente capítulo espero que para el viernes o el sábado a mucho tardar.
Gracias a todos los que siguen esta historia, aquí les dejo un pequeño fragmento del siguiente capítulo:
"Me desperté a las nueve de la mañana, pero no me levanté hasta
media hora después.
En esa media hora estuve temblando de miedo al pensar lo que Haru
podría hacerme cuando volviésemos a cruzarnos. También medité si
mi sueño podía haber sido realidad, ya que la puerta de la
habitación estaba abierta y recordaba perfectamente haberla cerrado
con el pestillo cuando peleé con Haru.
Pero sobre todo me pasé el rato mirando hipnotizada la palabra
“castigo” en mi mano. Era una cicatriz muy fea, y a juzgar por la
profundidad de la misma, no tenía pinta de que fuese a desaparecer
nunca de ahí.
Dejando el gorro de conejito con el que había dormido sobre la cama,
me aventuré a salir de la habitación.
Como en mi sueño, Haru no estaba durmiendo en mi habitación.
¿Estaría durmiendo entonces en el sofá del salón...? ¿Temblando
de frío?
Me paré al lado de la entrada de la cocina, y respiré hondo. Con
dar unos pasos más, sabría si mi sueño había sido o no realidad.
Con el corazón en la garganta, entré en el salón. Haru no estaba
en el sofá. Y tampoco estaba dormido.
Estaba de espaldas a mi, de pie junto a la ventana, mirando la calle
mientras fumaba un cigarro. Claro... seguramente habría dormido en
mi cama y ahora que se había levantado es cuando había venido al
salón para fumarse un cigarro. De alguna manera, aunque quise, no
fui capaz de decirle nada. Y en ese momento no tenía miedo.
Me quedé admirando su largo cabello, y contemplando como el pitillo
que estaba tomando se iba consumiendo poco a poco.
Mientras le miraba, me fijé por primera vez en que Haru no era
realmente un hombre corpulento, aunque cuando se enfadaba podía dar
la sensación de que era un gigante. En realidad, Kyo-san tenía los
hombros más anchos que él, era más alto y tenía un cuerpo
musculoso, mientras que Haru era más menudo y tenía un cuerpo
delgado bastante estilizado para ser hombre. ¿Cómo entonces se
podía dedicar a las batallas callejeras? Parecía frágil frente a
oponentes como Kyo-san. Sin embargo, a juzgar porque nunca le faltaba
arrogancia, no parecía que le hubiesen derrotado nunca.
Hablando de Kyo-san... ¿Podría realmente hablar con él si se lo
pedía a Haru...?
- ¿Cuánto tiempo más vas seguir mirándome?-Haru terminó su
cigarro y lo arrojó por la ventana, pero no se giró para mirarme en
ningún momento.
- ¿Eh...? -No pude evitar sorprenderme de que supiese que estaba
allí plantada como una boba.
- Ven aquí. -Ordenó.
- ¿Vas a golpearme...? -No pude evitar preguntar echándome a
temblar.
Sólo entonces Haru se volteó y se me quedó mirando. No parecía
enfadado. Pero tampoco parecía alegre. No tenía ni idea de en qué
podría estar pensando...
- Si vienes ya y haces lo que te diga, no te haré daño. -Fue lo
único que dijo.
Di unos pocos de pasos vacilantes hasta que llegué a su lado. Haru
me seguía mirando en silencio, y no pude evitar que mis ojos
quedasen atrapados en los suyos.
- Sabes que por tu culpa no mojé anoche, ¿verdad? -Fue lo primero
que dijo, y ahora sí parecía estar enojado- Encima me cabreaste
mucho y perdí una pelea por abandono, y solo porque no te fueras sola,
imbécil. -El enfado
se iba tornando poco a poco ira, y mi cuerpo comenzó a temblar a
sabiendas de lo que Haru era capaz.- Debería volverte a poner un
castigo, ¿no crees?"
Siento no haberles dejado un poco más, pero sería demasiado spoiler xD Nos vemos!